El profesor catedrático y sociólogo Boaventura de Sousa Santos lamentó hoy el "golpe de Estado" que tuvo lugar en el Centro de Estudios Sociales de Coimbra, en el marco de un proceso en el que fue acusado de acoso a investigadores de la institución.
06:47 - 12/07/24 POR LUSA
[el CES] fuera una institución política, diría que hubo un golpe de Estado, con apariencia democrática. Obviamente, no voy a cuestionar de ninguna manera la legalidad de la dirección y el consejo científico, que fueron elegidos democráticamente. Pero pongo en duda la legitimidad del consejo científico, porque era lo mismo que estaba en ese momento [de la denuncia] y no lo trataron de manera imparcial, no lo hicieron, y lo están haciendo de esta manera para hacer valer esa narrativa que es la narrativa de los denunciantes y no una narrativa que se evalúa imparcialmente".
En una entrevista con la agencia Lusa casi 15 meses después de que el asunto se hiciera público, Boaventura de Sousa Santos dijo que se había convertido en un chivo expiatorio y, de alguna manera, como el origen del mal de una "institución de excelencia, de una institución inclusiva".
"En 2020, el CES tenía el 17% de los doctorados de la Universidad de Coimbra. Hay un estudio que muestra que las mujeres son mayoría en los órganos de gestión y coordinación del CES. El 81% de los proyectos de producción científica son de mujeres, el 61% de la coordinación de nuestros proyectos son de mujeres. Por lo tanto, tenemos una institución inclusiva extremadamente avanzada y extremadamente exigente".
Y esta exigencia, defendió el investigador titular de 21 doctorados honoris causa, llevó a que muchos no pudieran seguir la investigación creada allí.
Boaventura de Sousa Santos encuentra, por tanto, dos razones principales para este "golpe de Estado" y para estas acusaciones mediáticas, que lo tuvieron como objetivo.
"Mi propia orientación científica no es del agrado de mucha gente dentro del CES. Pero el CES siempre ha sido un espacio en el que se ha respetado el pluralismo. Y esto me indigna y es una situación extremadamente preocupante".
El sociólogo recordó seguir siendo un intelectual público, pero un intelectual público de izquierda.
"Todos lo sabemos, pero no tengo iglesia, ni partido. Por lo tanto, soy un objetivo fácil para una guerra mediática, porque soy incómodo en mis posiciones independientes. Desde que estalló la guerra en Ucrania, siempre me insurgió. Siempre he sido un partidario de las independencias. Por lo tanto, critiqué y defendí la paz. Pero, en este momento, en Portugal, luchar por la paz es casi un insulto, porque realmente, como ve las noticias, son todas para que los presupuestos de los Estados aumenten más sus gastos militares".
Ahora bien, esto, defendió, si las inversiones van al gasto militar, no van a la educación, a la salud, a las pensiones, ni al bienestar de las poblaciones.
"Estamos alimentando una guerra infinita y alineando en una guerra que puede ser nuclear, que puede ser destructiva para la propia especie humana", advirtió.
Y por eso, admitió, fue insultado, desde los medios de comunicación, pero también en las redes sociales.
"Hay muchos intereses en Portugal, sobre todo en la franja de los grupos de derecha y de extrema derecha. Están interesados en silenciar mi voz, pero no es fácil, porque mi voz es internacional y sigo publicando mis textos".
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